Investigadora Asistente
IDICER CONICET-UNR
Desde fines del mes de enero el mundo se encuentra conmocionado ante el surgimiento de una nueva enfermedad (declarada pandemia el día 11 de marzo) que lo golpea fuertemente: el Covid19 (acrónimo de Coronavirus disease 2019), causada por la infección con el virus SarS-CoV-2. Esta enfermedad produce una serie de síntomas muy similares a los de la gripe: tos, fiebre, dificultades para respirar, dolor corporal y fatiga. En los casos más críticos, en su mayoría ubicados dentro de los grupos de riesgo, puede producir neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda, sepsis, choque séptico y, finalmente, la muerte.
Las vías de transmisión o contagio del virus son interpersonales, mediante contacto con las mucosas (ojos, nariz y boca) y con las gotas de flügge que se liberan al aire tras toser o hablar. Una vez infectados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la incubación demora entre 2 y 10 días, aunque generalmente al día 6 ya hicieron aparición los primeros síntomas. Sin embargo, los síntomas pueden no aparecer, dando lugar a lo que se denomina como un caso asintomático. No queda claro si, en caso de que alguien contraiga la infección sin presentar síntomas, la persona es capaz de transmitir el virus.
La alta tasa de contagio de esta nueva enfermedad ha obligado a muchos países a tomar medidas en función de evitar su propagación, desde las más livianas a las más restrictivas. En nuestro país, las mismas se han ido endureciendo en función del aumento de casos en nuestro país así como en el resto del mundo. Desde el viernes 20 de marzo estamos bajo confinamiento en nuestros hogares de carácter obligatorio. Esta medida guarda como mayor objetivo evitar la propagación del virus, permitiendo disminuir el número total de casos para así evitar que nuestro sistema sanitario colapse al momento de alcanzar el número máximo de casos. A su vez ganamos un tiempo valioso que permite al sistema hospitalario prepararse, tanto en capacidad física (número de camas) como en tecnología (Unidades de Terapia Intensiva con su correspondiente equipamiento), para el momento más crítico de la propagación de la infección.
A continuación se muestran dos gráficas donde se compara el número total de casos relativizados a la población total de cada país en función de la evolución en el tiempo tanto para Argentina así como para China, Italia, España y Estados Unidos (Gráfico A). También se muestran las curvas de evolución en el tiempo de los números de casos relativizados a la población total de cada país hasta el día 25 (contados a partir del primer caso declarado, Gráfico B). De los gráficos se desprende como conclusión más relevante la importancia de tomar a tiempo medidas como el confinamiento obligatorio.